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3. LAS PERSONAS ASINTOMÁTICAS PUEDEN TRANSMITIRLO Por lo general, podemos frenar la propagación de un virus si aislamos a la persona tan pronto como presenta síntomas. Sin embargo, con el
coronavirus eso no es eficaz porque las personas infectadas pueden transmitirlo incluso cuando no tienen síntomas. Los investigadores advierten que esta fue una de las cosas más inesperadas
y alarmantes que descubrieron sobre el coronavirus. “Realmente perdimos una oportunidad en ese aspecto”, señala Cameron Wolfe, especialista en Enfermedades Infecciosas y copresidente del
equipo de trabajo clínico sobre la COVID-19 en la Facultad de Medicina de Duke University. “Los jóvenes pueden contraer COVID-19 y transmitir el virus ampliamente sin darse cuenta. Sin
embargo, pueden pasar al lado de una persona de 75 años que se infectará y enfermará de gravedad”. Entretenimiento Paramount+ 10% de descuento en cualquier plan de Paramount+ See more
Entretenimiento offers > Un estudio que se publicó el 7 de enero del 2021 en la revista científica _JAMA Network Open_ (en inglés) calculó que cerca del 59% de toda la transmisión
proviene de personas que aún no han tenido síntomas o personas asintomáticas que nunca llegan a tener síntomas. Es por eso que ciertas precauciones, como los cuestionarios de detección y los
controles de temperatura, no son suficientes para prevenir su propagación. 4. LA COVID-19 ES MÁS QUE UNA ENFERMEDAD RESPIRATORIA En un principio, los médicos pensaban que la COVID-19 era
una enfermedad que causaba una infección de las vías respiratorias, quizás con complicaciones. Sin embargo, pronto se dieron cuenta de que el virus también producía daños en los riñones, el
hígado, el sistema cardiovascular e incluso el cerebro. Además, tenía un síntoma muy característico: la pérdida del sentido del gusto y del olfato. “El repertorio clínico [de síntomas]
continúa sorprendiéndonos”, observa Wolfe. Muchos expertos ahora consideran que es probable que el virus sea una enfermedad vascular, y no respiratoria. Si el virus infecta los vasos
sanguíneos y circula por el organismo, eso puede explicar su capacidad para producir una gran variedad de síntomas. También podría explicar por qué la alta presión arterial por sí sola
represente un riesgo considerablemente mayor, otra característica poco común de la COVID-19. 5. PUEDE PROVOCAR QUE EL CUERPO SE ATAQUE A SÍ MISMO Los médicos afirman que el aspecto más
desconcertante de la enfermedad es el modo en que produce una respuesta inflamatoria excesiva y peligrosa en algunas personas. Esa respuesta, causada por el propio sistema inmunitario del
paciente, puede producir complicaciones graves, como insuficiencia multiorgánica o choque septicémico. “Realmente no hay ningún otro virus que produzca lo mismo en la misma medida”, advierte
Wolfe. El aspecto inflamatorio de la enfermedad llevó a los médicos a modificar el tratamiento de los pacientes de COVID-19, explica Wolfe. En vez de usar medicamentos que atacan el virus,
descubrieron que los medicamentos inmunosupresores que se usan habitualmente para tratar enfermedades inflamatorias (como la artritis reumatoide) pueden ayudar a los pacientes con COVID-19
durante las etapas avanzadas de la enfermedad. 6. ESTÁ MUTANDO Si bien es posible que muchos se hayan sorprendido al saber que el coronavirus está mutando, los científicos sostienen que eso
es previsible en el caso de los virus. Lo más interesante para ellos fue la velocidad con la que surgieron nuevas variantes, aunque afortunadamente no ha sido tan grave como podría haber
sido, según Vermund. Señala que tanto el VIH como la influenza estacional mutan con más frecuencia. A principios de marzo, los CDC estaban rastreando al menos cinco variantes de coronavirus
que se consideraban más contagiosas que la cepa original. “Tal vez sea una buena noticia que no sean cincuenta”, dice Vermund. Al ritmo que vamos, los fabricantes de vacunas deberían poder
mantenerse al día y elaborar vacunas que protejan contra más de una cepa, advierte.