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Según las últimas estadísticas nacionales, la proporción de adultos que toman medicamentos para conciliar el sueño por la noche va en aumento, y hay más adultos mayores de 65 años que toman
pastillas antes de acostarse que menores de 64 años. Un nuevo informe (en inglés) de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) reveló que, en el 2020, el 8.4% de los
adultos tomaban regularmente medicamentos, con o sin receta médica, para conciliar o mantener el sueño, en comparación con el 4% de hace una década. En cuanto a los mayores de 65 años, el
12% tomaban regularmente algo que los ayudara a dormir. "Francamente, la noticia no es sorprendente para quienes trabajamos en el ámbito de la medicina del sueño", dice el Dr.
Robert Satriale, profesor clínico adjunto y especialista en Medicina del Sueño en Temple Health de Filadelfia. Los estudios demuestran que aproximadamente 1 de cada 3 adultos (en inglés) no
duerme lo suficiente (unas 7 horas por noche para los adultos mayores de 50 años, dice Satriale) de forma regular, y se calcula que entre 50 y 70 millones de personas en el país padecen
trastornos crónicos del sueño. "Y estos pacientes a menudo pertenecen a los grupos de mayor edad", dice Satriale, que explica que la calidad del sueño tiende a disminuir con la
edad. No es de extrañar, pues, que los adultos mayores sean más propensos a recurrir a los medicamentos en busca de ayuda. Pero antes es necesario saber algunas cosas. 1. LOS MEDICAMENTOS
PUEDEN TENER EFECTOS SECUNDARIOS PELIGROSOS Los somníferos más recientes, como el zolpidem (Ambien) y la eszopiclona (Lunesta), tienen un perfil "ligeramente más inofensivo" que
los más antiguos, afirma K. Ashley Garling-Nañez, profesora clínica adjunta de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Texas en Austin. Aun así, "todo lo que sea sedante o te
produzca sueño te expondrá al riesgo de mareos, caídas y ese tipo de cosas", afirma Garling-Nañez.