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Todos tenemos esa clase de días en los que nos sentimos tristes, melancólicos y pensamos que todo nos está saliendo mal. Durante esos días se nos va el apetito, o al revés, nos consolamos
comiendo un poco más de lo usual. Se nos va el sueño en la noche y pasamos el día cabizbajos, pensando en la causa de nuestra tristeza. Debido a que nos desconcentramos en nuestras
actividades, esos días rendimos menos de lo habitual, no tomamos las decisiones correctas y nos sentimos culpables de las cosas que nos pasan, respondiendo de mal humor a familiares y
compañeros de trabajo. Tanta es la diferencia con nuestro estado de ánimo usual, que no falta el buen amigo o familiar que nos pregunta qué nos sucede, y que si hay algo que ellos pueden
hacer por nosotros. Al contarles como nos sentimos, muchas veces ese amigo o familiar nos dispara de frente el diagnóstico: ¡estás deprimido! ¿Pero estaremos realmente deprimidos?, o ¿será
que estamos de mal humor?. Es muy importante saber la diferencia entre esas dos situaciones. Todos tenemos cambios normales o naturales a los que llamamos humor, y es importante entender que
ese humor es consecuencia de nuestras emociones. DIFERENCIAS FUNDAMENTALES Y si bien es cierto que nuestras emociones —y por tanto nuestro humor— cambian constantemente durante el día, la
diferencia entre depresión y cambio de humor depende de tres importantes características: * INTENSIDAD—los síntomas de la depresión son muy intensos y profundos, llegando a causar un
verdadero estado de sufrimiento emocional. En cambio, los síntomas de un mal día son mucho más superficiales y no llegan a causar sufrimiento. * TIEMPO DE DURACIÓN DE LOS CAMBIOS DE
HUMOR—los psiquiatras estiman que si los cambios de humor duran más de dos semanas, es probable que la persona esté sufriendo de depresión. Debido a que la mayoría de las personas afectadas
de depresión no buscan ayuda temprana, es común que los síntomas de depresión tengan una duración muy prolongada. * IMPACTO DE SÍNTOMAS SOBRE NUESTRA VIDA DIARIA— se considera que si el
cambio de humor que tenemos hace que alteremos nuestra rutina, es decir, que dejemos de hacer las cosas que hacemos todos los días (trabajo, estudio, actividades programadas, etc.), decimos
entonces que el cambio de humor no es simple, y puede obedecer a una depresión.