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Ya no tiene antojo de filetes pero el pan es un potencial escollo. "Es necesario controlar los carbohidratos muy procesados", afirma. Cuando Caldwell Esselstyn vio una foto de él
en internet, cenando un panecillo en un banquete, el reconocido médico le mandó un mensaje electrónico muy tajante: "Te recordaré una vez más que he tratado a muchos veganos por
enfermedades cardíacas". EL MENÚ DIARIO DE CLINTON Actualmente en la residencia de Clinton en el Chappaqua, Nueva York, el encargado Oscar Flores prepara comidas simples para Clinton y
Hillary, quien prometió empezar a alimentarse de manera más saludable luego de haber dejado de viajar por todo el mundo como secretaria de estado del presidente Obama. Para Bill Clinton, el
desayuno siempre es un batido de leche de almendras, mezclado con bayas frescas, proteínas no lácteas en polvo y un trozo de hielo. El almuerzo siempre es una combinación de ensalada verde
y frijoles. Merienda frutos secos —"esas son grasas saludables"— o humus con verduras crudas, mientras que la cena siempre incluye quínoa, el súper cereal de origen incaico, o a
veces una hamburguesa vegetariana. El expresidente tiene un consejo para las personas que se tientan con alimentos con muchas calorías: "Pueden preparar un batido de coliflor en
reemplazo del puré de papas y es fantástico". Una vez por semana aproximadamente, consume un salmón orgánico o un omelet hecho con huevos fortificados con omega 3 para mantener el
hierro, zinc y la masa muscular. Además de estos cambios alimenticios, Clinton camina dos o tres millas por día, al aire libre siempre que sea posible; también hace ejercicios con pesas y
usa una pelota para hacer ejercicios de equilibrio. Y, por supuesto, sigue jugando al golf, siempre caminando por el campo sin usar un carrito. Dondequiera que vaya, Clinton encuentra
señales de que las alternativas vegetarianas y veganas están ganando cada vez mayor aceptación. Durante una reciente visita a Sudamérica, el presidente peruano y su esposa invitaron a
Clinton a cenar. "Prepararon una comida íntegramente vegana para mí y ellos comieron lo mismo". Obviamente habían hecho su tarea: El protagonista principal, recuerda Clinton, fue
este "increíble plato de quínoa". Cuando terminamos nuestro almuerzo saludable, el nuevo modelo a imitar se sirve una fruta como postre. Y brinda algunos consejos prácticos para
las personas que van y vienen con las dietas: Para alguien que quiere cambiar, afirma, "Yo llevaría un registro de todo lo que consumo diariamente: qué, cuándo y cuánto. Esto es algo
fácil de hacer, simplemente hay que escribirlo. Y luego lo analizaría y elegiría qué voy a abandonar y qué voy a reemplazar". Si no tienes la fuerza de voluntad para hacerlo por ti
mismo, agrega, hazlo por tus seres queridos. "Muchas personas que están ocupadas y estresadas sienten que comer y estar cómodas es su recompensa", dice. Pero especialmente para
aquellas personas que, como él, tienen hijos, afirma "uno tiene la responsabilidad de tratar de mantenerse lo más saludable posible". Profundizando los temas que lo impulsan a
diario, Clinton concluye nuestra reunión con un mensaje, recordándome que "la forma en que consumimos los alimentos y lo que consumimos" está impulsando el nivel insostenible de
gasto en servicios de salud en Estados Unidos. Para cambiar verdaderamente las condiciones que conducen a los malos hábitos y a los problemas de salud, advierte, "tenemos que exigirlo
cambiando nuestra forma de vida. Tienes que tomar la decisión consciente de cambiar por tu propio bienestar, por el de tu familia y el de tu país".