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La polémica no escapa a las oposiciones de bomberos de este año tampoco, en las que hay 10 plazas en disputa, para las que se apuntaron 344 personas, se presentaron a las pruebas físicas y
las superaron sólo 21, de los cuales otros tres han caído en el examen tipo test. El proceso ha quedado marcado esta vez por la reclamación, firmada por una decena de opositores, que
cuestiona que a otro de los aspirantes el tribunal calificador le diera tres oportunidades en la prueba física de lanzamiento de balón medicinal, en contra de las bases reguladoras, en lugar
de eliminarle a la segunda. Los opositores afectados insisten en que «el hecho de permitir una repetición injustificada de la prueba a un solo aspirante puede alterar de forma directa el
resultado final del proceso», lo que afecta «negativamente al resto de opositores que compiten por las mismas plazas y que cumplieron en igualdad de condiciones con lo establecido en las
bases». Pero su reclamación ha sido desestimada por el tribunal calificador. Los responsables de la evaluación de las oposiciones defienden que, «frente al aspirante y detrás de la línea de
nueve metros» desde la que hacía el lanzamiento, «existe un portón que da acceso a un almacén», que está estaba «cerrado cuando el aspirante comienza sus lanzamientos». «En el transcurso de
su turno y durante el segundo de sus lanzamientos, el portón se abrió por error, por parte de un operario de las instalaciones deportivas, hecho que motivó la sorpresa y desconcentración del
aspirante, según sus propias palabras», excusan. Los responsables de la calificación insiste en que «estos hechos motivaron» que acordaran «anular el segundo lanzamiento y darle opción a
repetirlo, ya que fue una causa sobrevenida e imprevisible, que cambió las condiciones iniciales de la prueba». Niegan los evaluadores, además, en contra de la reclamación de un opositor,
que fuera una persona del público, bombero en activo y miembro de un sindicato, quien reclamara al tribunal la repetición.