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El español Carlos Alcaraz, número 2 del mundo y defensor del título en ROLAND GARROS, logró la clasificación para octavos de final del Grand Slam parisiense en un partido que se complicó
ante el bosnio DAMIR DZUMHUR, 69 del ránking a sus 33 años, y que acabó cerrando 6-1, 6-3, 4-6 y 6-4 en 3 horas y 14 minutos. El español encadena diez triunfos consecutivos en el torneo,
donde solo ha cosechado tres derrotas y se medirá por un puesto en cuartos con el estadounidense BEN SHELTON, favorito número 13, al que ha derrotado en los dos duelos anteriores. EL ESPAÑOL
ROZÓ EL DRAMA, tuvo que sudar tinta para sacar adelante un encuentro que se le complicó, un melodrama en dos actos, que a punto estuvo de costarle el buen ritmo que lleva en la tierra
batida. "ES DIFÍCIL JUGAR A ALTO NIVEL TANTAS HORAS", aseguró el español, que señaló que por la noche la bola es más pesada lo que le obligó a ir "a tope". Su reacción
final salvó lo esencial, la decimoctava victoria en tierra batida del año, la decimoquinta en París desde mayo pasado, incluido la victoria en el torneo en 2024 y el camino a la plata
olímpica. SUPERÓ LA TRAMPA QUE LE TENDIÓ DZUMHUR PARA SEGUIR ADELANTE EN SU BÚSQUEDA DE REVALIDAR EL TÍTULO DE ROLAND GARROS, algo que solo dos tenistas han conseguido en el siglo XXI, el
brasileño Gustavo Kuerten y su compatriota Rafa Nadal. Alcaraz sufrió una desconexión total tras apuntarse los DOS PRIMEROS SETS DE FORMA SENCILLA y después de que con el marcador 3-2 en el
tercero EL BALCÁNICO PIDIERA ASISTENCIA MÉDICA. Ahí empezó otro duelo, en el que el bosnio, viejo zorro curtido en mil batallas y no solo en las pistas de tenis, se creció, se quitó la piel
de cordero que había mantenido hasta entonces y el partido cambió de signo. Sereno hasta ese momento, CONVENCIDO DE PODER SOLVENTAR SIN RASGUÑOS EL DUELO NOCTURNO, al español le entraron
prisas y dudas, dos malas consejeras que le sacaron del partido, le dejaron a merced de un rival astuto, provisto de un amplio abanico de golpes que le pusieron al borde del precipicio. El
del Palmar miraba más el reloj que la bola, pensaba más en los desmanes que en su preparación podía causar la madrugada de cara a lo que restaba de torneo, SIN DARSE CUENTA DE QUE QUIZÁ NO
HABRÍA MÁS FUTURO. Dzumhur, con el que hasta ese momento había jugado como el gato que no quiere aun zamparse al ratón, empezó a dominar la madeja, a hechizar al español, que MULTIPLICÓ LOS
FALLOS, SEIS BOLAS DE ROTURA DERROCHADAS Y 20 ERRORES EN EL TERCER SET, que se escapó como centella. Alcaraz no se divertía, no parecía el mismo que había despachado bien las dos primeras
mangas, al trantrán, lo que auguraba un turno fácil, NADA QUE HICIERA PRESAGIAR LA TORMENTA QUE SE AVECINABA. Te puede interesar Se vio de repente CON EL FANGO HASTA LAS RODILLAS, en medio
de una trampa que le bloqueaba, incapaz de disfrutar ni de sudar la camiseta. Vagaba por la pista como un alma en pena convirtiendo al rival en un portento, como si de pronto se hubieran
cambiado los papeles y ahora le tocara al español ser la víctima. El bosnio rompió de entrada en el primer juego del cuarto set y todos los fantasmas empezaron a sobrevolar la Philippe
Chatrier, se olía el drama del campeón, que no lograba concretar su tenis. Otras tres bolas de rotura partían a la nada y Dzumhur SE FROTABA YA LAS MANOS CON UN SAQUE PARA 4-2. Ahí le tembló
el pulso al balcánico y Alcaraz encontró oxígeno, encadenó de nuevo buenos golpes y recuperó el servicio, empató la contienda, encadenó cuatro seguidos y dispuso de un servicio para cerrar
el partido. Pero de nuevo se enredó y ALARGÓ TODAVÍA MÁS LA AGONÍA. Fue al siguiente juego de servicio de su rival, a la segunda bola de partido cuando consiguió cerrar el duelo que empezó
feliz y acabó dramático. En su camino a los cuartos de final aparece Shelton, que jugará los octavos por vez primera en su carrera a costa del italiano MATTEO GIGANTE, procedente de la fase
previa, 6-3, 6-3 y 6-4, uno de los responsables del renacer del tenis estadounidense en este Roland Garros, que contará con tres octavofinalistas por vez primera en 30 años. EL DE ATLANTA NO
HA LOGRADO SOBRE ARCILLA SUS MEJORES RESULTADOS y tras superar en cinco sets su primera ronda contra el italiano Lorenzo Sonego, quedó eximido de la segunda por la retirada del francés HUGO
GASTON y venció en tres a Gigante. En los dos duelos anteriores contra Alcaraz no se apuntó ningún set. En 2023 perdió en el Masters 1.000 de Canadá y el año pasado en la Laver Cup. Más
allá en el cuadro se cierne el italiano LORENZO MUSETTI, octavo favorito, el único rival de talla de su parte del cuadro, el único que tiene números sobre tierra batida a la altura de
Alcaraz. Pero antes el transalpino, al que el español derrotó en la final de Montecarlo, tendrá que solventar el obstáculo del danés Holger Rune, que repite octavos por tercera vez en París,
y después afrontar al ganador del duelo entre el estadounidense Tommy Paul, duodécimo favorito, y el australiano Alexei Popyrin, 25.