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Mientras la Junta de Andalucía ha conectado el Campo de Gibraltar con la Axarquía para que ambos territorios, uno en la provincia de Cádiz y ... el otro en la de Málaga, puedan auxiliarse
mutuamente en caso de necesidad, el Gobierno central se niega a impulsar un plan de trasvases que permita a la España seca obtener recursos hídricos de la zona más húmeda. Con este
argumento, el consejero de Agua de la Junta de Andalucía, Ramón Fernández-Pacheco, ha criticado la política hidráulica del Gobierno central y le ha reclamado que imite a la Junta de
Andalucía, que basa buena parte de su combate a la sequía en el impulso de obras que conectan unos territorios con otros. Lo hizo durante su intervención en Málaga, en su calidad de
vicesecretario general del PP de Andalucía, en un foro sobre agricultura y agua organizado por el PP, donde se preguntó cómo es posible que la Junta sea capaz, sin generar ningún conflicto
de conectar el Campo de Gibraltar con la Axarquía «para que tanto unos como otros se puedan auxiliar mutuamente en el caso que haga falta y, sin embargo, por ejemplo, en la comarca de
Antequera sea imposible hablar del trasvase de Iznájar?» Las cuencas andaluzas cuyos ríos solamente discurren por suelo andaluz están bajo competencia de la Junta, mientras que aquellas que
sí afectan también a otras comunidades, aunque sea tangencialmente como la del Guadalquivir, están bajo la órbita de la Administración central del Estado. Para Fernández-Pacheco, la
diferencia entre las políticas que impulsan una y otra administración son notables. En su opinión, el Gobierno, «lejos de impulsar el Pacto Nacional por el Agua que España necesita, es el
impulsor de la guerra nacional por el agua», lo que supone un error ya que la confrontación en esta materia no encuentra beneficiados. En su opinión, «lo único que nos lleva es a un bucle de
desesperación, a un bucle negativo que no aporta absolutamente nada». RECORTE HISTÓRICO El dirigente del PP advirtió de que su partido no se cansará de reivindicar algo que considera
esencial, un pacto en el que todas las administraciones públicas acuerden llevar el agua al territorio que lo necesite. En esa línea censuró lo que considera un recorte histórico en la
provincia de Almería que quiere ejecutar el Ministerio para la Transición Ecológica con el trasvase Tajo-Segura, «condenando a todo el sureste español a contar con la mitad de agua de la que
tiene ahora, en una decisión absolutamente arbitraria, política y en la que solo se ha escuchado una parte». Fernández-Pacheco insistió en que los trasvases no son un regalo de un
territorio a otro, sino la constatación del derecho que asiste a todos los españoles de tener un acceso igualitario a un bien público como el agua. «Eso es algo que el Gobierno de España se
tiene que meter en la cabeza y tiene que comprender de una vez si queremos ser capaces de vertebrar el territorio, dar oportunidad y garantizar el futuro a todos los españoles por igual,
algo que hoy no tenemos».