L. Martín. MURCIA Domingo, 18 de mayo 2025, 07:31 Comenta Compartir Reducir residuos sigue siendo uno de los objetivos más globales y necesarios de la actualidad, más aún si se mira hacia el

futuro. El reciclaje y la economía circular no solo forman parte de los planes de actuación de organizaciones y empresas, sino que centran las políticas públicas para impulsar estas

acciones tan necesarias; pero también los hogares tienen mucho que aportar a esta meta para destinar bien sus residuos de la actividad diaria. Fue a finales del pasado año cuando el Gobierno

regional anunció que invertiría 40 millones de euros en un plazo de tres años para mejorar la gestión eficaz y sostenible de los residuos urbanos, a través de fondos cofinanciados entre el

conseguir pasar de considerar los residuos como un problema a que sean un recurso o solución, dándole una nueva vida gracias a la economía circular. Esta partida, según anunciaron desde la

Comunidad, irá destinada a las plantas de gestión de residuos, a la mejora de la recogida selectiva, a potenciar el reciclaje y a seguir avanzando en el objetivo de conseguir una economía

plenamente circular. Una apuesta que se complementa con las medidas para la adaptación del sistema de contenerización (confinar los residuos reciclables en un contenedor para ser descargados

en un camión compactador), y de recogida y transporte de residuos. En 2023, la Comisión Europea mostró en su 'informe de alerta temprana' que 18 de los estados miembros corrían el

riesgo de no alcanzar los objetivos de reciclado de residuos municipales y de residuos de envases para este 2025 y el objetivo de depósito en vertederos para 2035, entre ellos España.

Teniendo en cuenta que los europeos generan una media de 530 kg de residuos municipales por persona, una cifra en aumento en los últimos años, se trata de uno de los flujos más importantes y

complejos de gestionar, a pesar de que en la UE en torno al 50% los residuos municipales se reciclan o compostan, y un 23% son depositados en vertederos. Los datos muestran que más del 75 %

de los envases de papel, cartón y metal se reciclan, frente a menos del 40 % de los envases de plástico y de madera. En datos de Ecoembes, en 2024 se reciclaron, por tipo de material en

España, 765.576 toneladas de papel y cartón; 589.885 toneladas de envases plásticos; 122.308 de acero; 77.179 de aluminio y 5.455 toneladas de madera. El 76% del total reciclado procedía de

la recogida separada que han realizado los ciudadanos en los más de 671.000 contenedores amarillos y azules y en los 53.900 puntos de reciclaje y máquinas de devolución de envases

distribuidos por toda España. EL CONTENEDOR MARRÓN Europa marca no solo la importancia de recoger selectivamente los residuos municipales, sino garantizar el tratamiento de los biorresiduos,

que representan un tercio de los residuos municipales. En torno a esto, en la Región de Murcia el contenedor marrón es uno de los más esperados, el quinto recipiente de separación, que

espera estar operativo en todos los municipios de más de 5.000 habitantes desde el pasado año y que aún están fase de implantación. Murcia fue pionera en la colocación de este contenedor con

una experiencia piloto que se desarrolló en 2020 en La Flota, aunque también se repartieron en El Palmar y La Alberca. Para tratar estos residuos, el Consorcio de Residuos de la Región de

Murcia va a adecuar la planta de Ulea, que se reformará sobre la antigua fábrica de residuos del municipio, y tendrá capacidad para gestionar 32.000 toneladas al año y que podría ascender

hasta las 40.000 con futuras ampliaciones. Se espera que en mayo de 2026 esté plenamente operativa. BASURA ELECTRÓNICA Con el aumento del uso de dispositivos electrónicos, ya implantados

desde hace años en el día a día de las personas, el correcto reciclaje de esta denominada basura electrónica adquiere mayor protagonismo en los retos globales del reciclaje. Según informa

Nacionales Unidas, la generación de estos desechos aumenta cinco veces más rápido que su reciclaje. En datos de 2022, el récord fue de 62 millones de toneladas, haciendo que con el

crecimiento de anual de 2,6 millones de toneladas, en 2023 la generación total llegue a 82 millones. La Fundación Ecolec, organización sin ánimo de lucro dedicada al reciclaje de aparatos

eléctricos y electrónicos, gestionó en 2023 en la Región de Murcia 3.045 toneladas de estos residuos, lo que supone 7,08 kg por habitante. De ellos, la mayoría corresponden a ámbito

doméstico (2.932) frente al ámbito profesional. Es importante destacar la capacidad de estos dispositivos eléctricos de tener una segunda vida si se reciclan correctamente, para lo que los

usuarios son los agentes principales de este proceso para que tengan un final de vida adecuado que favorezca la reutilización y contribuya a evitar la contaminación. Tampoco hay que olvidar

la importancia del reciclaje textil. Según la Federación Española de la Recuperación y el Reciclaje, cada año se producen en el mundo 150.000 millones de prendas de vestir, de las cuales el

87% de las fibras que se utilizan se depositan en vertedero o se incineran antes de que acabe su vida útil. Se estima que para el 2030 el consumo de prendas incremente un 63% alcanzando los

102 millones de toneladas, es decir, 11,9 kg por habitante y año a nivel mundial. En el caso de España se generan 890.244.000 kg de residuos textiles al año, de los que solo se reutilizan o

recicla el 11%. Los contenedores de reciclaje de ropa en la Región no solo contribuyen a reducir este residuo, sino que van asociados a labores benéficas para ayudar a colectivos vulnerables

y favorecer el derecho a una vestimenta digna para toda la ciudadanía. Además, cada vez más marcas de ropa y comercios se suman a la necesidad de dar una segunda vida a estas prendas y

favorecer el objetivo del reciclaje. NUEVAS TENDENCIAS Según Pacto Mundial, en la actualidad son tres las tendencias innovadoras y sostenibles en el mercado de los residuos. La primera es la

digitalización y el uso de tecnología para la gestión de residuos, enfocado a la gestión más eficaz en la recuperación de materiales, la extracción de materias primas y la disminución del

impacto ambiental. Un ejemplo de esto son sensores en los contenedores que avisan del llenado, contribuyendo a reducir tiempos, disminuir trayectos y ahorrar costes. La segunda es el

ecodiseño para aumentar la recuperación de productos y materiales. Lo que se busca es diseñar el producto para que se pueda recuperar, mejorar y actualizar, ya que está pensado para esta

economía circular desde su origen. Por último, está el hecho de producir compost y combustibles a partir de residuos orgánicos, transformando los biodegradables para ser usados como

biofertilizantes o biogás, con emisiones netas cero en C02, siendo una de las grandes alternativas para descarbonizar la economía. Comenta Reporta un error