Tarde negra en ciudad jardín, con puñetazos, patadas y dos heridos | la verdad

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Martes, 3 de junio 2025, 00:52 | Actualizado 14:07h. Comenta Compartir Una temporada tan nefasta como la que ha vivido el FC Cartagena no podía tener peor epílogo que el vivido en la tarde


de ayer en el campo municipal Juan Ángel Zamora de Ciudad Jardín. Lo que parecía un lunes apacible, de final de temporada y con técnicos, jugadores y padres pensando ya en las vacaciones de


verano, acabó con una tremenda pelea, denuncias cruzadas, dos jugadores del Cartagena B implicados y dos personas en el hospital, un padre y un técnico de la cantera albinegra que intervino


para separar y acabó con varios puntos de sutura en una ceja. Fran Hernández, futbolista del Cartagena B, entrena al alevín de Liga Local del FC Cartagena. Y su hermano mellizo, Álex, al


benjamín de Liga Local. El primero tuvo que hacerse cargo ayer del segundo conjunto alevín, puesto que el entrenador de este equipo no acudió al entrenamiento. Se quedó con 25 niños a su


cargo y, en un momento de despiste, dos de esos alevines, de diez años, se cansaron de dar vueltas al campo, abandonaron el recinto y se marcharon a un parque cercano al Juan Ángel Zamora.


En la puerta no hay control y salieron. Cuando el padre de uno de ellos llegó a recogerlo y se enteró, por boca de otros padres, que su hijo no había entrenado con los demás y había estado


en un parque, sin ninguna vigilancia, comenzó una discusión con Fran Hernández, entrenador del alevín albinegro. En un momento dado, ese padre levantó la voz y el brazo y el jugador del


Cartagena B, de 19 años, le dijo: «no me levantes la mano». La respuesta de ese padre fue soltar una tremenda bofetada al entrenador de su hijo. RODEADOS DE NIÑOS En ese momento, su hermano


Álex, también futbolista del filial del Cartagena y que acababa de finalizar el entrenamiento con los benjamines, ya estaba metido en la discusión, junto a un amigo de los mellizos. Los tres


respondieron a esa primera bofetada abalanzándose sobre el padre que había agredido a Fran Hernández, quien recibió puñetazos y patadas muy fuertes. Otros técnicos y padres corrieron


rápidamente hacia el lugar de la trifulca y pudieron pararla, ante la mirada estupefacta de decenas de niños que a esa hora estaban en el recinto. Lo peor vino unos minutos más tarde,


cuando, según la versión dada a LA VERDAD por allegados del agredido, el padre de los mellizos Hernández lo abordó en plena calle y le golpéo con un casco de moto en la cabeza. Eso le mandó


al hospital, con un fuerte traumatismo cranoencefálico. Al cierre de esta edición, permanecía estable y en observación. El FC Cartagena condenó los hechos anoche en un comunicado e informó


de que «se ha procedido a la apertura de un expediente, y la adopción de las correspondientes medidas disciplinarias contra todos los implicados, incluida la expulsión del club». En


cualquier caso, los mellizos Hernández, que pasaron por la cantera del Betis, ya sabían que no iban a seguir en el Efesé. * 'UNFOLLOW' MASIVO A LA PLANTILLA Y UN TUIT, ÚNICAS


SEÑALES DEL DÍA DESPUÉS El Cartagena dio ayer por iniciada la planificación de la temporada 2025/26 con un escueto mensaje de tres líneas en la red social X, antes Twitter. «Ayer [el


domingo] se cerró una temporada muy difícil para todos. Desde hoy [ayer para el lector] empezamos a trabajar en la próxima temporada con el firme objetivo de volver a Segunda División». No


hubo comunicado, convocatoria de ruedas de prensa ni ninguna declaración pública al respecto, al igual que tras el descenso matemático a Primera RFEF la noche del 13 de abril en Almería. A


ese escueto mensaje en redes sociales le siguió, además, la decisión del club de dejar de seguir en la red social Instagram a todos los jugadores de la primera plantilla, así como al aún


entrenador Guillermo Fernández Romo. El perfil oficial de la entidad se quedó bajo mínimo de cuentas a las que seguir y durante el día se sucedieron algunas despedidas de jugadores como


Sergio Guerrero y algunos empleados, que dejaron la puerta abierta sin aclarar con un «hasta pronto». Comenta Reporta un error