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Los países fronterizos con Rusia han comenzado en los últimos meses a tomar medidas para proteger sus límites. Ya lo hizo Finlandia a principios de marzo ... , con su ingreso en la OTAN aún
sobre la mesa, cuando comenzó a levantar una valla a lo largo de 260 kilómetros de los más de mil que comparte con la nación liderada por Vladímir Putin. Polonia ha decidido ahora seguir sus
pasos e ir un poco más allá ya que la alambrada que ha empezado este martes a instalar para separar su territorio del enclave ruso de Kaliningrado estará electrificada. La colocación de la
verja, que se extenderá a lo largo de los 199 kilómetros de frontera compartida, ha empezado por las inmediaciones de las localidades de Bezledy y Sepopol, al noreste de Polonia. La obra
podría prolongarse hasta finales de septiembre hasta que el territorio quede totalmente delimitado. Entonces, ha explicado Anna Michalska, portavoz de la Guardia Fronteriza polaca, quedará
garantizada «la detección de todos los eventos relacionados con la delincuencia fronteriza, en particular la migración no regulada y el contrabando de mercancías». POLONIA YA REFORZÓ HACE
MESES SU FRONTERA CON BIELORRUSIA CON LA CONSTRUCCIÓN DE OTRA VERJA Los trabajos han arrancado con la instalación del cableado -unos 700 kilómetros en total- y la cimentación de los postes
para las cámaras de vigilancia, que rondarán las 3.000 cuando la valla esté completada. El nuevo sistema de control ha obligado a remodelar, además, la sede de la Guardia Fronteriza en
Ketrzyn. El país ya había reforzado sus límites con otro vecino, Bielorrusia, hace unos meses, cuando levantó otra alambrada de acero -sin electrificar, en esa ocasión- de unos cinco metros
de altura y 186 kilómetros de largo. La región de Kaliningrado, que quedará separada de tierras polacas con la verja electrificada, se encuentra aislada del resto de Rusia, con límites con
Polonia y también con Lituania, ambas miembros de la Unión Europea.